Existe (o existía) una comunidad aborigen en Australia que tiene (o tenía) una curiosa forma de contabilizar objetos. Uno, dos, tres, muchos. Es decir, más de tres es un colectivo en el que ya no importan las unidades.
Cada vez menos, la inteligencia individual es la creadora de valor en una sociedad en red. Cada vez más, el aprovechamiento de la inteligencia colectiva es lo que verdaderamente está generando los mayores avances sociales, económicos, culturales, científicos y políticos.